La Arquitectura de la Suerte

Dejé de creer que la suerte era aleatoria cuando aprendí a escuchar el silencio entre las tiradas. En mi década estudiando patrones conductuales en algoritmos de casinos, descubrí que cada victoria es un dato, no un milagro. La casa gana porque está diseñada, no porque está trucada. El RTP no es solo un número: es el latido de la equidad. No persigo botes jackpots. Sigo ciclos: juegos de baja volatilidad con 96–98% de retorno son mi ancla. Las tiradas gratis? No son regalos—señales en un ritmo elegante. Los bonos? Pausas programadas donde nace la probabilidad—y los jugadores como yo aprendemos a esperar.